El proceso de molde por compresión es uno de los más antiguos existentes para la transformación del plástico. Empezó a desarrollarse a nivel industrial en 1.900, con las resinas llamadas fenolformaldehido, que actualmente aun se utilizan.
Este tipo de moldeo se basa en colocar en la cavidad del molde el material precalentado. Se cierra el molde y se le aplica calor mientras se va presionando, para expandir todo el material dentro del molde y se mantendrá dicho calor y presión hasta obtener la pieza moldeada.
En el molde por compresión se utilizar las resinas termoestables, en forma de masilla. El moldeo por compresión es siempre a base de presión, con lo cual se pueden realizar piezas bastante complejas y muy resistentes. Este tipo de material puede ser también reforzado con fibra de vidrio, tejidos e hilos.
El moldeado por compresión es muy utilizado par piezas grandes y complejas, por su bajo costo comparado con otros sistemas, como el de inyección por ejemplo. Pero tiene sus inconvenientes como un acabado no muy preciso, y con poca consistencia.
Las piezas que más se utilizan con este sistema suelen ser para el sector del automóvil, para los spoilers, defensas, las cubiertas, y también piezas mucho más pequeñas y complejas.
Los materiales más utilizados según fabricación suelen ser los LFT, que son los más comunes en el sector del automóvil con termoplásticos reforzados con fibra y los GMT que son termoplásticos reforzados con la fibra Glass Mat.
Siempre se tiene que tener el molde a una temperatura no muy elevada, con lo cual los tiempos de endurecimiento de las piezas serán largos.